Los vampiros están de moda y siempre se relaciona este tema a Rumanía. Aquí encontraréis leyendas y mitos de mi querido país. Para entender el alma de un pueblo debes de conocer sus mitos.
martes, 23 de febrero de 2010
Dragobete
En Rumania, el equivalente del Día de San Valentin es la fiesta de Dragobete, que se celebra desde hace cientos de años en estas tierras, antes de la llegada de la primavera, el día de 24 de febrero de cada año. Se dice que en este día es cuando los pájaros se enamoran también, con lo cual la gente mayor no sacrificaba en ese día ningún pájaro y ningún animal, para no estropear el enamoramiento, y por consiguiente, la perpetuación de las especies.
El Dragobete (dragoste significa amor) es una entidad mitológica similar a Eros de los griegos o al Cúpidon de los romanos. A diferencia del tierno San Valentin, Dragobetele es un Hado, (en rumano Zân), muy guapo y siempre joven, de hecho inmaduro e impetuoso, que se dice que entraba por la noche por la ventana de las chicas jóvenes y les hacía enamorarse locamente, tanto, que se ponían enfermas. Solamente unos ritos mágicos las salvaban a las pobres chicas de la enfermedad del amor. En otras zonas del país se le dice Zburator (zbura significa volar) por que aparecía volando y se iba volando, casi sin que las afectadas se den cuenta. Dejando las huellas: sentimientos contradictorios y incomprensibles. Igual que el amor.
No son pocos los poemas sobre estas huellas en la literatura de Rumanía:
Un foc s-aprinde-n mine, racori ma iau la spate, Imi ard buzele, mama, obrajii-mi se palesc! (Zburatorul – de Ion Heliade Radulescu)
Un fuego tengo dentro, y la espalda fresca Los labios quemados y blancas las mejillas! (Zburatorul – por Ion Heliade Radulescu)
Dragobetele es el hijo de Baba Dochia, la dueña del invierno, la que tiene doce abrigos de lana y se las quita uno a uno cuando, después del invierno, vuelve la primavera y el calor. Pero sobre ella os contaré otro día.
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