El día 24 de junio en Rumania se celebra la fiesta de San Juan (Sfantul Ioan), pero también el día de Sânzâiene. Según algunos expertos, la celebración de Sânzâiene tiene su origen en un antiguo culto geto-dacio para el sol. Estos personajes mitológicos fueron representados en las esculturas tracias por danzas en círculos enloquecedores. Los ancianos dicen que si alguien se ocurre en el bosque en la noche de Sânzâiene y las ve bailando, se queda mudo y tonto para siempre.
Las leyendas dicen que las Sânzâiene son unas hadas muy hermosas que viven en los bosques o en las llanuras de Rumania. Protectoras de las plantas y de la naturaleza, ellas se juntan a medianoche para bailar desnudas un famoso baile mágico, que da poderes a las flores y a las malas hierbas, convirtiéndolas en plantas medicinales buenas para currar enfermedades. La gente creía que en la noche de 23-24 de junio, las Sânzâiene volaban por el aire o caminaban sobre la tierra, cantando y compartiendo frutas. Con sus magias, ellas hacían fértiles a las mujeres casadas, multiplicaban los pájaros y los animales, curaban a los enfermos y defendían la siembra de granizo.
Si la gente no las homenajea adecuadamente, se enojan y se vengan. Aquellos que no celebran ese día pueden tener mal fario. El que lava la ropa, cose o barre el día de Sânzâiene puede morir ahogado o por un rayo. Ellas quieren ser honradas con canciones y bailes. En la víspera de Sânzâiene, los jóvenes de la aldea se reúnen por la noche, hacen fuegos, bailan y cantan. Las chicas recogen unas florecitas amarillas que llevan el nombre de las hadas y tejen guirnaldas de flores y coronas que tiran después por encima de las casas. La ceremonia incluye a continuación, todo el pueblo. Las familias reciben una espiga de trigo, que se coloca sobre las vigas del granero, con la esperanza que van a recoger tantos granos que se amontonen hasta allí.
Si las chicas quieren casarse, en esta misma noche deben cumplir un ritual muy especial: lavarse con rocío recogido por una vieja en un paño nuevo y blanco. Ellas no tienen que hablar ni una palabra y sobre todo no deben encontrarse a nadie en el camino. Si se cumple bien este ritual, quien se lava con este rocío siempre estará sana y atractiva. Las mujeres casadas también pueden hacer este ritual para ser amadas durante todo el año por marido y tener hijos hermosos y sanos.
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