martes, 23 de febrero de 2010

Costumbres de Dragobete

dragobetele love En el bosque, alrededor de los fuegos encendidos, los jóvenes se quedaban toda la noche de 23 de febrero hablando. Las chicas recogían violetas dulces y campanillas, que  luego guardaban con los iconos y utilizaban después para la magia. Por algunas partes, existía la costumbre que las chicas jóvenes solteras recojan agua de la nieve sin derretirse diciendo que esta agua nació de la sonrisa de las hadas y tenía propiedades mágicas.
Cerca de mediodía, el 24 de febrero, las chicas empezaban a bajar hacía el pueblo, corriendo. Cada chico perseguía a la chica que más le gustaba. Si el chico corría bien y a la chica le gustaba el perseguidor, se besaban a la vista de todos los demás. Este beso era visto como un beso de compromiso lúdico y muchas veces era el preludio de una boda.

Toda la comunidad del pueblo seguía interesada por lo que podía pasar durante la noche y el día de Dragobete, porque desde ese día se podía saber a qué bodas se irá en otoño.
Por la tarde quedaban todos para la fiesta, donde todo el mundo, tenga o no tenga pareja, bailaba, cantaba y se divertía, porque se decía que el que no se lo ha pasado bien a la fiesta de Dragobete no encontrará pareja durante todo el año.
Para todos, la fiesta de Dragobete era una fiesta bienvenida, porque se creía que el Dragobete ayudará a la gente trabajadora a tener un año más rico que los anteriores. El día de Dragobete no se trabajaba, para que Dragobete no se enfade y traiga mala suerte.
Aunque a veces Dragobete castigaba a las jovencitas, se consideraba en general que este hado cuidaba y traía suerte a los enamorados, siendo un verdadero Cúpidon rumano.

Dragobete

En Rumania, el equivalente del Día de San Valentin es la fiesta de Dragobete, que se celebra desde hace cientos de años en estas tierras, antes de la llegada de la primavera, el día de 24 de febrero de cada año. Se dice que en este día es cuando los pájaros se enamoran también, con lo cual la gente mayor no sacrificaba en ese día ningún pájaro y ningún animal, para no estropear el enamoramiento, y por consiguiente, la perpetuación de las especies.

El Dragobete (dragoste significa amor) es una entidad mitológica similar a Eros de los griegos o al Cúpidon de los romanos.  A diferencia del tierno San Valentin, Dragobetele es un Hado, (en rumano Zân), muy guapo y siempre joven, de hecho inmaduro e impetuoso, que se dice que entraba por la noche por la ventana de las chicas jóvenes y les hacía enamorarse locamente, tanto, que se ponían enfermas. Solamente unos ritos mágicos las salvaban a las pobres chicas de la enfermedad del amor. En otras zonas del país se le dice Zburator (zbura significa volar) por que aparecía volando y se iba volando, casi sin que las afectadas se den cuenta. Dejando las huellas: sentimientos contradictorios y incomprensibles. Igual que el amor.

No son pocos los poemas sobre estas huellas en la literatura de Rumanía:

Un foc s-aprinde-n mine, racori ma iau la spate,
Imi ard buzele, mama, obrajii-mi se palesc!

(Zburatorul – de Ion Heliade Radulescu)

Un fuego tengo dentro, y la espalda fresca
Los labios quemados y blancas las mejillas!
(Zburatorul – por Ion Heliade Radulescu)

Dragobetele es el hijo de Baba Dochia, la dueña del invierno, la que tiene doce abrigos de lana  y se las quita uno a uno cuando, después del invierno, vuelve la primavera y el calor. Pero sobre ella os contaré otro día.

sábado, 20 de febrero de 2010

Drácula

vlad_tepesDrácula, en realidad, es el apodo de un gran príncipe de Valachia (actualmente la parte del sur de Rumania) y su verdadero nombre es Vlad Tepes (el Empalador). Nació en Sighisoara, una ciudad de Transilvania, en 1431. En rumano, dracul significa demonio o diablo y se ganó ese apodo por su técnica predilecta de tortura, el empalamiento. Con esta técnica  tan cruel castigaba a los enemigos, a los traidores o a los delincuentes de todo tipo.

La figura de este príncipe medieval, con su aire misterioso, inspiró al escritor irlandés Bram Stoker a hacer de este personaje histórico un personaje de novela. Pero Bram Stoker no conocía nada sobre la vida de Vlad Tepes y tampoco  sobre su visión o su filosofía. De hecho, sería equivocado pensar que el personaje de Bram Stoker está basado en la personalidad de esta figura histórica.